El benjuí, en el plano psicológico, nos ayuda a contactar con nuestros sentimientos más íntimos. Reconforta y fortalece el corazón, física y metafóricamente hablando, interpone un espacio acolchado, de seguridad entre nosotros y los acontecimientos. Muy bueno para combatir el agotamiento de naturaleza psíquica y emocional. Relaja la mente aportando claridad, equilibra las emociones.
El benjuí se ha usado durante miles de años como uno de los ingredientes del incienso “para expulsar los malos espíritus”, se decía, por sus propiedades espirituales y fortalecedoras. Es calmante, revitalizante, reconforta el corazón física y metafóricamente hablando y da claridad a nuestra mente.
Su nombre latino es Styrax Benzoin, es un árbol que se cultiva en Indonesia, Tailandia, Vietnam. Al hacer incisiones en el tronco exuda una resina que al secarse se comercializa como el incienso aromático llamado benjuí.
Tiene un aroma agradable cercano a la vainilla y tiene una estructura muy densa, cuesta sacarlo del botecito.
Muy indicado para aquellos que experimentan un estado de confusión emocional, sentimientos de inadecuación, de que no encajan en su ambiente, quienes sienten ansiedad, soledad, depresión, bloqueo emocional.
Combina muy bien con el sándalo, la rosa. También con la bergamota, lavanda, enebro, mandarina, hojas de naranjo.
Se puede aplicar en forma de masaje (añadir unas gotitas al aceite de masaje), de baños aromáticos (mejor combinarla con otras esencias, hasta 6 gotas) o perfume (un par de gotitas en la muñeca mezclado con aceite de jojoba por ejemplo). Ver cómo preparar un baño aromático.
Evitar durante el embarazo.