Es una de las cosas más difíciles que tendrás que hacer en tu vida, y también será una de las más importantes: dejar de dar tu amor, tu energía a aquellos que no están listos para amarte.

Si eres excluida, descalificada sutilmente, olvidada o fácilmente ignorada por las personas con las que pasas la mayor parte del tiempo, no te estás haciendo un favor al continuar ofreciéndoles tu energía y tu vida. ¿Por qué continúas así?

La verdad es que no eres para todos, y todos no son para ti. Cuando encuentras a las pocas personas con las que tienes una amistad, amor o relación genuina sabrás lo hermoso que es porque has experimentado lo que no es.

Pero cuanto más tiempo te quedes pequeña, metida en la familiaridad  de la costumbre, más alejada estás de aquello que deseas tanto.

Tal vez si dejas de aparecer, serás menos querida, tal vez te olviden por completo y cese la relación.

Tal vez si dejas de enviar mensajes de whatsapp, tu teléfono permanecerá silencioso, mudo durante días y semanas.

Eso no significa que hayas arruinado una relación, significa que lo único que sostenía la relación era la energía que tú y sólo tú ponías en ella. Eso no es amor, eso es apego.

Tú no eres responsable de salvar a la gente.
No es tu trabajo entregarles tu vida a la gente, porque te compadeces de ellos, porque te sientes mal, porque “deberías”, porque estás obligada, porque…

Decide que mereces una amistad real, sincera y genuina. Entonces espera en la oscuridad ….y  mira lo rápido que todo comienza a cambiar.

¿Por qué seguimos manteniendo estas relaciones?

Quizás el miedo a estar sola/o, a lo desconocido.

Quizás la necesidad que como ser humano tenemos de pertenecer a un grupo,  reconocido por otros, “antes un palo que ser ignorado”, esto nos da una idea de lo importante que es la relación con las demás personas.

Quizás nos pasa lo que al “elefante encadenado” de Jorge Bucay.

Quién no se ha preguntado por qué los elefantes que tiran de un solo gesto un árbol, no se escapan del circo, por qué no dan el paso, por qué no salen de ahí si solo les retiene una cadena.

El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado desde que era pequeño. Intentó liberarse con todas sus fuerzas pero no pudo conseguirlo. Desde entonces cree que es imposible”. Ya, una vez crecido, la cuerda, las ataduras están en su mente, quién le iba a decir a este elefante que ahora ya puede salir solo por haber crecido y, sin embargo, sique ahí atado.

 De igual manera las personas tenemos ataduras que nos mantienen unidas a situaciones, personas…pero que realmente no deseamos, que nos restan libertades. La clave pasa por” dejar ir a la gente que no está lista para amarte”, romper esas ataduras que, aunque invisibles, tienen un gran peso y poder.

Si deseas ir quitando “ataduras” que te hacen sufrir, que te impiden avanzar, acude a un psicólogo, terapeuta profesional que te guíe e ilumine en tu camino.